Una obra color paz

Una vez hice un mural con niños y niñas. Uno de ellos pintó alrededor de un círculo, que pretendía representar la sociedad, a un hombre. Detalladamente le hizo el vestido comuflado y celebraba con sus amigos sus pintorescas ocurrencias. Le pintó un cuchillo, luego un fusil en la otra mano y sangre regada alrededor. Tuve que reprenderlo y cubrir el fusil y la sangre con color blanco como si nada hubiese ocurrido. El mural era para el público en una plaza central de algún barrio en Bogotá. Simplemente no convenía el dibujo aludiendo a la realidad. Después de la corrección, un par de policías contemplaron por un minuto a los niños pintando el mural cuando uno sorprendido le dijo al otro: !Mire! nos pintaron.. qué gratificante es saber que los niños reconocen a la fuerza pública como parte legítima de la sociedad.

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