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Mostrando entradas de noviembre, 2008

El Quedado

Presentación, algo íntima. Me han dicho perezoso, mamerto, pueril, aburrido y enchonchado. Varios se me han emputado cuando luego de fumarme un bareto quedo pasmado en el devenir del pensamiento. Que si voy, que si no voy, que si pienso esto, que por qué no aquello, que por qué fumo. La verdad, la sobriedad en este país a veces me es insoportable. Ayer me quedé en la casa y la pasé bien: vi un interesante documental en National Geographic y alcancé a conciliar el sueño mientras exhibían los paisajes hermosos colgados en la casa en Miami del cubano Luis Posada, ex agente de la cia pedido en extradición por Cuba y Venezuela acusando terrorismo. Me desperté fogoso y busqué algún video en Internet, luego me masturbé. Unos minutos de silencio perfecto, parecía que por fin estaba en paz conmigo mismo. La dicha sólo me duro unos minutos así que me dispuse a terminar de leer el libro que había empezado la noche anterior. Soñé todo el día con una frase de Jalíl Gibrán: “El manantial oculto d

Una fotografía

Siéntate allí, al borde de la cama. Quítate el pantalón y permíteme quitarte esa blusa incómoda, no se te olvide ese brazier blanco. Si quieres dejarte puestos los cucos, no habrá discusión. Yo prefiriría prescindir de ellos, no hacen juego con el teatro que vengo a crearte. Dame la espalda y no dejes que la verguenza te la encorbe. Así, qué bien. Eres preciosa. En fotos te habrás visto, pero jamás con mis embriagados ojos. La línea que conforma la espalda con tus caderas, tu cuello y tu pelo, es más tropical que la ecuatorial. Hazte la que no existo, que mis palabras caigan sobre tí como rocío. No voltees a mirarte, déjate llevar por la tragedia de la escultura. Tu piel se endurece sin perder vitalidad, brilla y permanece húmeda aunque cera sea ya. ¿Cómo olerán mis cobijas debajo de ti? Tan cómodo me sentiría debajo de tí. Pero no es tiempo para movimientos. El tiempo desapareció. Tu imagen debo registrar, tu escultura mística tengo que manipular !No, no, no, no hagas trampa¡ No volte

La parábola de Pablo

1. El Amigo [Mi tía dijo: “si vieran la camioneta en la que nos recogió Miguel en EEUU, y de nuevo, apurado no aguanté, la puta lengua no pude contener y agregué: esa precisamente es la mentalidad que hay que replantear; vanidad y las cosas materiales pa’ medir la calidad de vida y a las personas mismas”… parce, imagínese, mas de dos minutos de silencio en ese carro luego de mi inoportuno apunte y me sentí mas avergonzado que una jovencita pulcra tirándose un pedo en transmilenio.] El irreverente del Pablo. Si usted alguna vez lo conoció, seguramente lo recordará por anécdotas como esa. Y sin embargo, también lo recordará la mayoría del tiempo en silencio. Millones de veces se preguntó también ¿cómo es posible que no explote semejante talento? O mas bien, porque muy pocos lo conocimos tan bien como para leer lo que escribía o escucharlo en esos días de extrema lucidez; ¿Qué rayos pasaba por su mente mientras permanecía en silencio? Será un misterio que ni los mejores psiquíatras, ps

La Desmemoriada Multitud

Maldita etérea voluntad y sus escurridizas manifestaciones. Mi vida es una lucha contra la mediocridad. Para Aristóteles era una virtud relacionada con el equilibrio, qué ironía. Ojala el viejo hubiese nacido en la modernidad para ver en que quedaba su concepto de equilibrio frente al progreso y la productividad, porque si el término medio en el mundo antiguo era una virtud, hoy es el más despreciable defecto ¡Que lo digan los tibios! La mediocridad emerge en el lugar donde se encuentran lo posible y lo deseable. Tales encuentros suelen debatirse entre la soledad y la multitud: la primera fría y ocasionalmente grandiosa y la segunda cálida, pero siempre efímera. El personaje en la encrucijada debería llamarse mi historia porque lo posible se me revolvió con lo deseable. Allí, en aquel lugar de siempre, estábamos los de siempre haciendo lo de siempre. En medio de la multitud indiferenciable en esencia y agrupable en apariencia, el tiempo no paraba de consumir los segundos que en conjunt